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Tres bellezas se acarician cachondas, en una tarde de sexo lésbico que te va a dejar la polla a reventar. Dos de ellas son maduras, y entre las dos disfrutan de una jovencita que está como ella quiere. Pero es la dueña de casa la que necesita más atenciones, y tras quitarse la ropa se recuesta en la cama, dejando que la jovencita le acaricie las enormes tetas y le de unos besos apasionantes. La otra, que tiene bastante experiencia comiendo coños, se lo como a ella bien a lo bestia, haciendo que se corra una y otra vez, lamiendo y lamiendo como si se tratase de un perro especialmente hambriento.